Un padre ausente, hijos afectados
Un padre ausente, no solo es aquel que físicamente no está, no solo es aquel que no se responsabiliza por la manutención de los hijos; un padre ausente es también aquel que trabaja en exceso, o que no se involucra en la vida del niño, o que tuvo que emigrar a otro lugar y no está presente como figura de autoridad y amor para sus hijos.
Cuando crecen, estos hijos reflejarán el efecto de un padre ausente en diferentes vertientes. La hija, cuando se convierta en mujer puede exigir todo aquello que no recibió de papá, en cada relación de pareja. Dentro de su sistema de creencias, llevará consigo aquella que dice: “todos los hombres son iguales”, o “todos los hombres abandonan”. O lo idealizará, soñando que algún día lo podrá localizar y él vendrá a rescatarla y darle todo aquello que no recibió en su infancia.
Estas creencias, producto de las circunstancias en que creció, la pueden llevar a involucrarse en relaciones de pareja tóxicas.
Vivirá cada relación desde la desconfianza y el resentimiento hacia los hombres o tendrá falsas expectativas al relacionarse con un hombre protector (lo que no recibió de niña), para compensar todas sus carencias afectivas infantiles. La huella del abandono la puede volver codependiente y melodramática.
Otro tipo de dinámica que puede darse ante un padre ausente es cuando la mujer se vuelve super exitosa y autosuficiente, siempre esforzándose demasiado para lograr la admiración y el respecto de otros. Aunque en apariencia se vea muy segura de sí misma, en el fondo no es más que una máscara para tapar sus inseguridades y baja autoestima. Inconscientemente no se cree merecedora de ser amada por quien es, sino por sus logros.
También, el hijo que creció con un padre ausente, puede convertirse en “el salvador o la salvadora” en cada dinámica relacional. La persona que funge como “salvadora” suele atraer personas con muchos conflictos a nivel emocional, carentes de recursos que les sobra al “salvador”. Además, estas personas suelen manejarse como padres de sus padres.
Te invito a que tomes consciencia de tu dinámica relacional y reflexiones en torno a tu infancia y la relación con tus padres. Existen patrones tóxicos que podemos heredar incluso mucho antes de nacer.
No tienes que ser víctima de las circunstancias del pasado, sino protagonistas de lo que quieres hacer con eso que viviste.