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El príncipe de mamá con la princesa de papá

amor pareja relacion

En esta ocasión quiero compartir un caso que me parece muy común en temas de pareja:

Este es un hombre de 38 años quien acude a terapia porque descubre que su esposa no es tan sincera y abierta hacia él como él la había idealizado durante el noviazgo, y eso le produce mucha rabia y frustración, de acuerdo a sus palabras. 

Sin embargo, durante la sesión se da cuenta de que si gestiona esta frustración y rabia por sí mismo, desde su propia historia, puede obtener una inesperada fuerza interna que lo llevará una liberación.

Es así como comienza a ver que ha estado proyectando a su madre en su pareja; cuando disuelve esta proyección, se da cuenta que ella tiene derecho a dirigir su propia vida, a elegir qué compartir y qué no, lo que le da alas a él para dirigir la suya propia.

En este tipo de situaciones cada miembro de la relación necesita redescubrir lo que realmente quiere y si existe un terreno común que les permita seguir juntos.

Y es que debería haber un cierto equilibrio entre el “nosotros” y el “yo”. Hay cosas, representadas por el “nosotros”, que una pareja tiene en común y hay otras que le pertenecen únicamente al individuo, de ahí la necesidad del “yo”.

Si las parejas sólo hablan del “nosotros”, lo más probable es que estén enredadas e implicadas en asuntos de sus familias de origen, y si sólo hablan del “yo”, tal vez estén intentando guardar una distancia de seguridad respecto al otro por miedo a perder su identidad propia.

Tanto el “nosotros” como el “yo” deben estar presentes en una relación saludable, como muestra de su capacidad de fundirse, olvidándose de ellos mismos, mientras van fortaleciendo los lazos.

Lamentablemente no todas las relaciones se desarrollan de esta manera. Si un hombre sigue vinculado a su madre, tal vez no tenga fuerzas para tolerar que su mujer no pueda satisfacer todas sus necesidades. Si una mujer sigue apegada a su padre, se molestará si su hombre no se comporta constantemente como un príncipe encantador. En estos casos, los amantes suelen buscar parejas que encajen con ellos.

Es así como “La princesita de papá” conocerá al “príncipe de mamá” y ninguno de los dos estará realmente abierto a nivel de pareja.